Kelsen y su Teoría (no tan) Pura del Derecho

Estudiante de la BUAP

DERECHOFILOSOFÍA

Andrés Melo Linares

2/23/20224 min read

La Teoría del Derecho de Hans Kelsen: Un Análisis Crítico

Hans Kelsen, uno de los filósofos y juristas más influyentes del siglo XX, desarrolló una de las teorías más fundamentales del derecho, conocida como la "Teoría Pura del Derecho". Esta teoría, publicada por primera vez en 1934, busca ofrecer un análisis rigurosamente científico y objetivo del derecho, separando la disciplina jurídica de consideraciones morales, políticas o sociológicas. Su intento de crear una teoría pura del derecho fue, y sigue siendo, un referente esencial en la filosofía del derecho contemporáneo. Sin embargo, la propuesta de Kelsen no ha estado exenta de críticas y controversias. A continuación, se presenta una reflexión crítica sobre algunos de los aspectos más relevantes de su teoría.

La separación entre el derecho y la moral

Uno de los elementos más distintivos de la Teoría Pura del Derecho es su afirmación de que el derecho debe ser estudiado de manera autónoma, separándolo de cualquier influencia moral, política o social. Según Kelsen, el derecho es un sistema normativo que se debe analizar sin caer en valoraciones subjetivas o juicios morales. En su obra, Kelsen establece que el derecho es un conjunto de normas que se validan de acuerdo con una estructura jerárquica, en la que una norma superior (la "norma fundamental" o Grundnorm) legitima la validez de las normas inferiores.

Esta separación entre derecho y moral ha generado una amplia gama de reacciones. Para muchos, la idea de que el derecho pueda existir como una entidad autónoma y despojada de consideraciones morales es una propuesta radical y problemáticamente abstracta. ¿Cómo es posible que un sistema normativo funcione sin que intervengan principios éticos o de justicia? En un mundo donde las leyes frecuentemente se enfrentan a cuestiones de derechos humanos, justicia social y equidad, la pretensión de Kelsen de desvincular el derecho de la moral ha sido vista como una forma de despolitizar la práctica jurídica, eliminando cualquier tipo de reflexión ética sobre las leyes.

Sin embargo, la postura de Kelsen también ha sido defendida como un intento de profesionalizar el estudio del derecho, buscando un campo de análisis que no se vea empañado por los juicios subjetivos. La ciencia del derecho, según Kelsen, debe ser objetiva y centrarse únicamente en el estudio de las normas y su aplicación.

La norma fundamental: ¿una ficción necesaria?

Uno de los pilares de la Teoría Pura del Derecho es el concepto de la Grundnorm o norma fundamental. Esta norma, según Kelsen, no es una norma escrita o explícita, sino una presunción hipotética que da validez a todo el sistema normativo. A través de esta norma fundamental, el sistema de normas se cohesiona, ya que permite justificar la validez de las normas jurídicas sin necesidad de recurrir a una fuente externa, como la moral o la religión.

La Grundnorm ha sido objeto de diversas críticas. Muchos consideran que, aunque sea un instrumento útil para explicar la estructura normativa de un sistema legal, esta "norma fundamental" se enfrenta a un problema de legitimación: ¿cómo justificar la existencia de una norma que no puede ser probada ni derivada de una fuente concreta? De acuerdo con los críticos, la norma fundamental es en realidad una ficción jurídica que no se puede probar ni comprobar en términos empíricos.

A pesar de estas críticas, la Grundnorm permite a Kelsen crear una estructura lógica que articula la validez de las normas dentro de un sistema jurídico. Si bien no se trata de una norma positiva, su existencia como hipótesis permite organizar de manera jerárquica la validez normativa, desde la Constitución hasta las leyes más sencillas.

El Derecho como un sistema cerrado

Otra característica central de la Teoría Pura del Derecho es su enfoque de sistema cerrado. Kelsen concibe el derecho como un sistema lógico y coherente de normas que debe ser entendido en términos de relaciones entre estas normas, sin interferencias externas. En este sentido, la validez de las normas depende exclusivamente de su conformidad con la Grundnorm y con el orden jurídico en su conjunto.

Esta visión ha sido criticada por quienes argumentan que la rigidez del sistema puede ser contraproducente en un contexto social y político cambiante. El derecho, como señala la crítica, no puede ser totalmente autónomo o aislado del contexto social, político o económico. De hecho, el derecho mismo es susceptible a influencias externas, y sus normas son constantemente interpretadas, adaptadas y reformadas para ajustarse a nuevas realidades. En este sentido, la teoría de Kelsen parece demasiado formalista y no logra captar la complejidad dinámica de la práctica jurídica

La relevancia de la teoría de Kelsen hoy

A pesar de las críticas, la Teoría Pura del Derecho de Kelsen sigue siendo una influencia fundamental en la filosofía del derecho y la teoría jurídica moderna. Su esfuerzo por desarrollar un enfoque científico y sistemático para estudiar el derecho ha sido un avance importante, y su enfoque en la validez normativa ha proporcionado herramientas valiosas para comprender cómo funcionan los sistemas jurídicos.

Hoy en día, sin embargo, muchos académicos y juristas prefieren una aproximación más abierta y contextual al derecho, reconociendo que las normas no pueden ser estudiadas sin tomar en cuenta los contextos sociales, políticos y económicos en los que se aplican. Si bien la propuesta de Kelsen sigue siendo relevante en algunos aspectos, especialmente en lo que respecta al análisis lógico y normativo, es necesario complementar su enfoque con otras perspectivas que reconozcan la interacción entre el derecho y la sociedad.

Conclusión

En definitiva, la Teoría Pura del Derecho de Kelsen representa un intento valioso y ambicioso por ofrecer un marco teórico claro y objetivo para entender el derecho. Sin embargo, su visión formalista y su separación estricta entre derecho y moral han sido objeto de intensas críticas. La teoría de Kelsen nos recuerda la importancia de comprender el derecho como un sistema normativo autónomo, pero también nos invita a reflexionar sobre las limitaciones de este enfoque, especialmente cuando se trata de un mundo lleno de desafíos sociales y políticos complejos.